El misionero no anuncia una teoría ni una ideología. Anuncia la Vida de Dios revelada en Jesús de Nazaret. Por eso, al hablar de Dios ha de estar presente la comunicación de la experiencia que del mismo tenga el misionero. Dicha experiencia se apoya en su concepción de Dios y se manifiesta en su manera de relacionarse con Él. Eso lo lleva a transmitir con palabras y hechos una imagen concreta de Dios a todos sus interlocutores. Esta imagen que transmite el misionero es básica para que el evangelizado comience un itinerario de conocimiento de Dios y de crecimiento en el seguimiento de Cristo. Esto conduce a reflexionar sobre el Dios de nuestra experiencia relacional, que es a su vez el Dios de nuestra predicación:
Debido a la influencia de las implicaciones humanas y sociales, para muchos, Dios es un SUPER SER REMOTO: universal, poderoso, soberano, distante, causa primera de todas las cosas, un ser dentro del cosmos que no se relaciona con el mundo, más aún, un ser con el que se necesita un intermediario para poder alcanzar algo de Él; el culto que se le rinde se orienta entonces hacia la ‘fuga mundi’.Consecuencias de esta visión:
1. la vida se transforma en un “estira y encoge” entre los deberes cotidianos y la relación con Dios. La vida es algo profano y ateo que es tocada en ocasiones por lo sagrado.
2. El encuentro con Dios sólo es ocasional: breves episodios intercalados a lo largo de la vida. Dios se encuentra como una respuesta a…
3. La vida espiritual se reduce a aumentar el número de expresiones y momentos de piedad con la esperanza de santificar la propia vida.
4. Se cosifica la gracia, es decir, se la considera como un mero combustible espiritual y a la Iglesia y sus ministros como proveedores del combustible.
Todo esto es manifestación de una doble vida: la que se tiene delante del Señor y la que se manifiesta delante de los demás.
Otra manera de ver a Dios es como AMOR DESBORDANTE: cercano, amigo, compañero de camino, compasivo, providente, padre… Dios se relaciona por amor.
Dios es un Ser-en-Comunión. Amor Obediente. El Misterio de la Santísima Trinidad no se limita a una reflexión abstracta y complicada sobre el Ser de Dios, sino que manifiesta su Ser-para-nosotros: Dios tiene la iniciativa y quiere relacionarse íntimamente con cada uno de nosotros para derramar su amor y su ternura dondequiera que estemos y en cualquier cosa que hagamos, sea cual sea nuestra compañía.
“22 Que el amor de Yahveh no se ha acabado, ni se ha agotado su ternura;
23 cada mañana se renuevan: ¡grande es tu lealtad!” (Lamentaciones 3)
Somos imagen y semejanza de Dios: cuando nos relacionamos por fe y nos damos a nosotros mismos, compartimos la vida de Dios (Cfr. 1 Jn. 3, 14)
“[Jesús] se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres” (Fil. 2, 7)
En virtud de la Encarnación, nada es profano… Todo hombre y todo acontecimiento se convierten entonces en lugar de encuentro con Dios. La relación con Dios se hace tangible para el ser humano. El hombre tiene oportunidad de amar a Dios presente en el prójimo con todo su corazón, con toda su alma y con todas sus fuerzas (Mt. 22, 37)
¿Qué consecuencias tiene esta concepción de Dios para el cristiano y por ende para el evangelizador?
1. El cristiano asume y acepta su historia personal y reconoce la presencia amorosa de Dios en todos los acontecimientos (buenos y malos) de su vida.
2. Aprovecha todas las ocasiones de encuentro para amar en ellas a Dios y al prójimo
3. El cristiano sabe discernir los “signos de los tiempos” y hace que produzcan frutos para la evangelización
En una palabra, vive más intensamente los comportamientos y actitudes de Cristo.
Debido a la influencia de las implicaciones humanas y sociales, para muchos, Dios es un SUPER SER REMOTO: universal, poderoso, soberano, distante, causa primera de todas las cosas, un ser dentro del cosmos que no se relaciona con el mundo, más aún, un ser con el que se necesita un intermediario para poder alcanzar algo de Él; el culto que se le rinde se orienta entonces hacia la ‘fuga mundi’.Consecuencias de esta visión:
1. la vida se transforma en un “estira y encoge” entre los deberes cotidianos y la relación con Dios. La vida es algo profano y ateo que es tocada en ocasiones por lo sagrado.
2. El encuentro con Dios sólo es ocasional: breves episodios intercalados a lo largo de la vida. Dios se encuentra como una respuesta a…
3. La vida espiritual se reduce a aumentar el número de expresiones y momentos de piedad con la esperanza de santificar la propia vida.
4. Se cosifica la gracia, es decir, se la considera como un mero combustible espiritual y a la Iglesia y sus ministros como proveedores del combustible.
Todo esto es manifestación de una doble vida: la que se tiene delante del Señor y la que se manifiesta delante de los demás.
Otra manera de ver a Dios es como AMOR DESBORDANTE: cercano, amigo, compañero de camino, compasivo, providente, padre… Dios se relaciona por amor.
Dios es un Ser-en-Comunión. Amor Obediente. El Misterio de la Santísima Trinidad no se limita a una reflexión abstracta y complicada sobre el Ser de Dios, sino que manifiesta su Ser-para-nosotros: Dios tiene la iniciativa y quiere relacionarse íntimamente con cada uno de nosotros para derramar su amor y su ternura dondequiera que estemos y en cualquier cosa que hagamos, sea cual sea nuestra compañía.
“22 Que el amor de Yahveh no se ha acabado, ni se ha agotado su ternura;
23 cada mañana se renuevan: ¡grande es tu lealtad!” (Lamentaciones 3)
Somos imagen y semejanza de Dios: cuando nos relacionamos por fe y nos damos a nosotros mismos, compartimos la vida de Dios (Cfr. 1 Jn. 3, 14)
“[Jesús] se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres” (Fil. 2, 7)
En virtud de la Encarnación, nada es profano… Todo hombre y todo acontecimiento se convierten entonces en lugar de encuentro con Dios. La relación con Dios se hace tangible para el ser humano. El hombre tiene oportunidad de amar a Dios presente en el prójimo con todo su corazón, con toda su alma y con todas sus fuerzas (Mt. 22, 37)
¿Qué consecuencias tiene esta concepción de Dios para el cristiano y por ende para el evangelizador?
1. El cristiano asume y acepta su historia personal y reconoce la presencia amorosa de Dios en todos los acontecimientos (buenos y malos) de su vida.
2. Aprovecha todas las ocasiones de encuentro para amar en ellas a Dios y al prójimo
3. El cristiano sabe discernir los “signos de los tiempos” y hace que produzcan frutos para la evangelización
En una palabra, vive más intensamente los comportamientos y actitudes de Cristo.
PARA REFLEXIONAR:
a.-¿Cuál es la imagen que tienes de Dios y que a la vez transmites?
b.-¿Qué orientación lleva tu vida espiritual?
c.-¿En qué lugares y con qué personas te cuesta más relacionarte con Dios?
d.-¿Crees en lo que anuncias?
e.-¿Vives lo que crees?
f.-¿Predicas lo que vives?
a.-¿Cuál es la imagen que tienes de Dios y que a la vez transmites?
b.-¿Qué orientación lleva tu vida espiritual?
c.-¿En qué lugares y con qué personas te cuesta más relacionarte con Dios?
d.-¿Crees en lo que anuncias?
e.-¿Vives lo que crees?
f.-¿Predicas lo que vives?
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