viernes, 27 de marzo de 2009

El incomprensible amor de Dios (Parte I)

Cuando pensamos en el amor de Dios por nosotros inmediatamente lo asociamos con todo aquello que es bonito, agradable, placentero... cuando estamos bien, nos "sentimos" amados por Dios. Más aún, cuando las cosas no andan bien, cuando pasamos por un dolor, un sufrimiento, pensamos que Dios se olvidó de nosotros, que no nos escucha...

Sin embargo, las Sagradas Escrituras nos desconciertan cuando nos dicen que Dios Padre entregó a su único Hijo para nuestra salvación (Cfr. Jn. 3, 16): El amor de Dios es oblativo, ya que no escatimó el sacrificio del tesoro inapreciable de su Unigénito. Jesús murió en la cruz por nosotros. La cruz de Jesús se nos presenta entonces como la mayor prueba de que Dios nos ama.